Dependiendo de la hora a la que llegue el avión, vale la pena darse una vuelta por el barrio en que se encuentre el hotel/apartamento donde vayas a quedarte o, si dispones de algo más de tiempo y no estás muy cansado, visitar algún punto concreto de la ciudad. Como nosotros llegamos a las 12 del mediodía, y aunque el vuelo se hace algo pesado y para nuestro cuerpo eran las 8 de la tarde, decidimos acercarnos al puente que conecta Manhattan con Brooklyn. Un paseíto de un par de horas más o menos entre cruzar el puente y ver un poquito de Brooklyn. Si a esto le sumamos un rato descansando en Brooklyn Bridge Park frente al skyline de Manhattan, damos con la fórmula perfecta para comenzar nuestra semana en Nueva York.

1. Brooklyn Bridge. Este hermoso puente de casi dos kilómetros es uno de los primeros puentes colgantes del mundo. Cuando se inauguró en 1883 batió más de un récord: ser el primer puente suspendido mediante cables de acero y ser el más largo y el más alto hasta la fecha. Además, recorrerlo (con cuidado de no invadir el carril bici) significa apreciar la monumentalidad de los rascacielos de la zona sur de Manhattan. La instantánea de Manhattan desde el Brooklyn Bridge Park es sin duda una de las imágenes más fotografiadas de toda la ciudad.